Resumen del Capítulo 6

En la oscuridad de la noche, Ralph y Simón llevan a un pequeño a su refugio antes de irse a dormir. Mientras los chicos duermen, aviones militares combaten sobre la isla. Ninguno de los niños ve las explosiones ni los destellos entre las nubes porque los gemelos Sam y Eric, que estaban a cargo de mantener el fuego, se han quedado dormidos. Durante la batalla, un paracaidista cae muerto a la isla. Su paracaídas se enreda entre unas rocas y se agita con el viento, lo que hace que su figura proyecte sombras terroríficas en el suelo: parece que le sube y le baja la cabeza con el viento. 

Cuando Sam y Eric se despiertan, reavivan el fuego y bajo la luz parpadeante ven la silueta retorcida del paracaidista muerto y confunden esa imagen macabra con la figura de la temida bestia. Vuelven corriendo al campamento, despiertan a Ralph y le cuentan lo que han visto. Ralph llama inmediatamente a una reunión y los gemelos repiten la afirmación de que han sido atacados por un monstruo. Los chicos, electrizados y horrorizados, organizan una expedición en busca del monstruo. Parten armados de lanzas, todos excepto Piggy y los más pequeños. 

Ralph deja la búsqueda en manos de Jack. Pronto llegan a una parte de la isla que no habían explorado hasta el momento: una estrecha pasarela que conduce a una colina llena de cuevas. Los chicos tienen miedo de cruzarla y bordear la saliente de la colina, así que Ralph va a investigar solo. Se da cuenta de que, aunque tenía miedo cuando estaba con los demás, recupera la confianza cuando explora solo. Pronto, Jack llega hasta la cueva donde está él. 

El grupo sube la colina y Ralph y Jack sienten que se reaviva el vínculo que los unía. Los demás comienzan a jugar tirando piedras al mar y muchos pierden de vista la finalidad de la expedición. Ralph les recuerda enfadado que están en busca de la bestia y les dice que deben regresar a la otra colina para volver a encender el fuego. Los otros chicos, distraídos con la caprichosa idea de construir un fuerte y hacer otras cosas en la nueva colina, se muestran molestos por las órdenes de Ralph, pero obedecen a regañadientes. 

Análisis del Capítulo 6 

El miedo a la bestia se apodera gradualmente de los chicos y, en paralelo, cambia el equilibrio entre civilización y salvajismo en la isla, a la vez que se debilita el control que Ralph tiene sobre el grupo. Al principio de la novela, el control que logra es bastante firme: todos entienden la necesidad de establecer un orden y un plan de acción, aunque a veces expresan molestia ante la idea de obedecer reglas. A esta altura, en cambio, a medida que se erosionan las convenciones de la civilización entre los chicos, Ralph empieza a perder control sobre ellos, mientras que Jack se vuelve más poderoso y amenazante. 

En el Capítulo 5, Ralph intenta en vano razonar con el grupo y para el Capítulo 6, Jack es capaz de manipular a Ralph al preguntarle, delante de todos, si tiene miedo. Esta pregunta lo lleva a actuar de forma irracional simplemente para preservar su estatus entre los demás. Este desmoronamiento del deseo del grupo hacia la moralidad, el orden y la civilización se ve cada vez más favorecido —o excusado— por la presencia del monstruo, la bestia que ha aterrorizado a los pequeños desde el comienzo de la novela y que rápidamente adquiere un significado casi religioso en el campamento. 

La batalla aérea y el paracaidista muerto nos recuerdan el escenario más amplio de El Señor de las Moscas: aunque los chicos llevan una vida aislada, sabemos que se está librando una sangrienta guerra en otra parte del mundo, una guerra que aparentemente es un terrible holocausto. Todo lo que Golding nos cuenta es que las bombas atómicas han amenazado a Inglaterra en una guerra contra “los rojos” y que los chicos fueron evacuados justo antes de la inminente destrucción de su civilización. La guerra, en definitiva, también es responsable del aterrizaje forzoso de los chicos en la isla, porque un avión enemigo derribó su avión de pasajeros. 

Si bien la guerra queda en un segundo plano, no deja de ser una prolongación importante de los temas principales de la novela. Tal como los muchachos se enfrentan al conflicto entre civilización y salvajismo en la isla, el mundo exterior no es ajeno a un conflicto similar. La guerra representa los impulsos salvajes de la civilización, cuando el deseo de violencia y poder supera el deseo de orden y paz. Aunque el mundo exterior ha infundido en los muchachos un sentido de moralidad y orden, el peligro del salvajismo sigue siendo real incluso en el contexto de esa sociedad aparentemente civilizada que los ha criado.