Resumen del Capítulo 46
Cuando Elizabeth regresa al hostal, se encuentra con dos cartas de Jane: en la primera, relata que Lydia se ha fugado con Wickham; en la segunda, dice que no hay noticias de la pareja y que puede que aún no se hayan casado. Elizabeth entra en pánico y se da cuenta de que, si Wickham no se casa con Lydia, la reputación de su hermana y de toda su familia estará arruinada.
Cuando Elizabeth sale corriendo en busca de los Gardiner, aparece Darcy y ella le cuenta la historia. Darcy se culpa inmediatamente por no haber desenmascarado a Wickham y Elizabeth se culpa por la misma razón. Decide regresar a su cada sin demora y, tras disculparse ante Darcy y su hermana por haber roto su compromiso de cenar, Elizabeth y los Gardiner regresan de prisa a la casa de los Bennet en Longbourn.
Resumen del Capítulo 47
De camino a casa, el Sr. Gardiner intenta tranquilizar a su sobrina insistiendo en que Wickham seguramente se casará con Lydia porque no querrá ver arruinadas su propia carrera y reputación. Elizabeth responde contándoles sobre el comportamiento pasado de Wickham, sin revelar los detalles de su romance con la hermana de Darcy. Al llegar a casa, Elizabeth se entera de que su padre se ha marchado a Londres en busca de Lydia y Wickham. La Sra. Bennet, por supuesto, está histérica y culpa al coronel Forster por no haber cuidado a su hija. En privado, Jane le asegura a Elizabeth que era imposible saber del vínculo entre su hermana y Wickham. Con desasosiego, examinan la carta que Lydia dejó para la esposa del coronel Forster, en la que ansía firmar con su nombre “Lydia Wickham”.
Resumen del Capítulo 48
El Sr. Gardiner acompaña al Sr. Bennet a Londres y envía una carta a Longbourn unos días después para informar que hasta ahora la búsqueda ha sido en vano. Informa que el Sr. Bennet ahora está yendo hotel por hotel en busca de la pareja. Entre tanto, llega una carta del Sr. Collins que, a su manera habitual, acusa a los Bennet de mala educación y señala que el comportamiento de Lydia refleja mal a la familia en su conjunto. Tiempo después, el Sr. Gardiner escribe para decir que los intentos de localizar a Wickham a través de amigos y familiares han fracasado. La carta dice, además, para consternación de la Sra. Bennet, que se dispone a regresar a casa.
Resumen del Capítulo 49
Dos días después de que el Sr. Bennet regrese a Longbourn, el Sr. Gardiner le escribe para decirle que han hallado a Wickham y Lydia, y que este se casará con ella si los Bennet le garantizan un ingreso. El Sr. Bennet accede gustosamente, convencido de que el matrimonio con un canalla es mejor que una reputación arruinada.
Los Bennet asumen que los Gardiner le han dado a Wickham una suma considerable para que accediera a casarse, “diez mil libras sin un penique menos”, supone el Sr. Bennet y asumen que están en deuda con sus parientes. La Sra. Bennet delira de felicidad por haber casado a Lydia, incluso cuando su marido y sus hijas señalan lo mucho que habrá costado. Su felicidad se ve empañada cuando su marido se niega a permitir que Wickham y Lydia la visiten o a proporcionar a su hija recién casada dinero para comprar ropa.
Análisis de los Capítulos 46–49
La trama, que se había demorado desde la proposición de Darcy, ahora toma velocidad a medida que se precipita a su desenlace. En medio de la confusión provocada por la locura de Lydia, Elizabeth se dirige inmediatamente a Darcy, lo que ilustra la cercanía que surge entre ellos. El sentimiento de culpa que comparten por no haber revelado la verdadera naturaleza de Wickham (lo que creen que habría evitado la fuga) los une emocionalmente y les da un propósito común.
Aunque ella y su marido son obviamente culpables, la Sra. Bennet reacciona a la noticia de la fuga de Lydia culpando al coronel Forster. En esta parte del texto, los Bennet se muestran como padres poco adecuados: ella por su estupidez y él por no hacerse responsable de sus hijos. Para Jane y Elizabeth, la cuestión de las conexiones familiares ha pasado a un segundo plano, pero aquí reaparece para recordarle al lector que la falta de refinamiento de los padres Bennet sigue amenazando los posibles romances de las dos hijas mayores.
Durante la crisis, los Gardiner vuelven a dar el primer paso para actuar con responsabilidad. En efecto, es el Sr. Gardiner, y no el Sr. Bennet, quien se hace cargo de la búsqueda en la ciudad; y el Sr. Bennet hasta decide volver a casa. (El miedo de la Sra. Bennet a que su marido muera en Londres y la deje en la indigencia tipifica su tendencia general a ignorar los problemas reales y magnificar los triviales). No sorprende en absoluto que supuestamente sea el Sr. Gardiner quien termine encontrando a Lydia ni quien el que le haya pagado a Wickham para convencerlo de que se case con ella. Simplemente está ocupando el papel adulto que los padres Bennet han dejado vacante.
Orgullo y prejuicio critica las dificultades que afrontan las mujeres en la sociedad inglesa del momento. Mientras que Austen juzga tanto la práctica de la restricción de herencia como la necesidad de matrimonio para escapar del escarnio público (lo que lleva a la unión de Charlotte con el Sr. Collins por razones prácticas), no cuestiona la idea de vivir con la joven fuera del matrimonio. Elizabeth, la voz de la razón y el sentido común en este punto de la novela, condena el comportamiento de Lydia como “infame” y declara que, si Lydia no se casa con Wickham, “estará perdida para siempre”. La única voz de relativismo moral pertenece a la Sra. Bennet, que está tan contenta de que Lydia se case que no le importan los términos en que se lleve a cabo el matrimonio. Aunque Lydia haya escapado al estigma social, el Sr. Bennet sigue condenándola a ella y a Wickham, diciendo: “No alentaré la impudicia de ninguno de los dos, recibiéndolos en Longbourn”. Aunque critica el sexismo, Austen no se mete con la moral burguesa.