Resumen del Acto Tercero, Escena i 

Claudio y Gertrudis conversan sobre el comportamiento de Hamlet con Rosencrantz y Guildenstern, quienes les dicen que no han podido conocer la causa de su melancolía. Les cuentan el entusiasmo que mostró por los actores al rey y a la reina, quienes anuncian, animados, que también asistirán a ver la obra. Rosencrantz y Guildenstern se retiran, y Claudio le ordena a Gertrudis que también se vaya, ya que él y Polonio intentarán espiar la confrontación entre Hamlet y Ofelia. Gertrudis se retira y Polonio le ordena a Ofelia que pasee por el vestíbulo por donde escuchan que camina Hamlet, y él se esconde junto con el rey. 

Hamlet entra hablando solo de forma reflexiva y agónica acerca de la decisión de cometer suicido para poner fin a tan dolorosa experiencia: “Ser o no ser: esa es la cuestión” (III.i.58). Dice que las desgracias de la vida son tantas que nadie podría soportarlas voluntariamente a menos que temiera “algo después de la muerte” (III.i.80). Como no sabemos qué nos espera después de la vida, preferimos “soportar los males que tenemos a volar hacia otros desconocidos”, afirma (III.i.83–84). En medio de sus cavilaciones, Hamlet ve que Ofelia se acerca. Siguiendo las órdenes de Polonio, ella le dice que desea devolverle las muestras de amor que le ha entregado. 

Hamlet niega enfadado haberle entregado algo, se lamenta por la deshonestidad que hay en la belleza y afirma a la vez haberla amado alguna vez y no haberla amado nunca. Luego comenta con amargura la desdicha de la humanidad y la insta a que ingrese a un monasterio antes de pasar a “engendrar pecadores” (III.i.122–123). Critica a las mujeres por hacer que los hombres se comporten como monstruos y por contribuir a la flasedad del mundo maquillándose para parecer más bellas de lo que son. Enfurecido, Hamlet denuncia a Ofelia, a las mujeres y a la humanidad en general, diciendo que desea acabar con todos los matrimonios. Mientras se marcha, Ofelia lamenta la “mente noble” que ahora ha caído en una aparente locura (III.i.149). 

El rey y Polonio salen de detrás del tapiz. Claudio dice que el extraño comportamiento de Hamlet claramente no ha sido causado por el amor a Ofelia y que su discurso no parece el de la locura. Dice que teme, en cambio, que la melancolía incube algo peligroso en el alma de Hamlet, como un pájaro incuba un huevo, y que teme lo que sucederá cuando eclosione. Declara que enviará a Hamlet a Inglaterra, con la esperanza de que un cambio de aires lo ayude a superar sus problemas. Polonio está de acuerdo con la idea, pero sigue creyendo que la agitación de Hamlet se debe a su amor por Ofelia. Le pide a Claudio que envíe a Hamlet a la habitación de Gertrudis después de la obra, donde Polonio puede volver a ocultarse y observarlo a escondidas; quiere saber si Hamlet está realmente loco de amor. Claudio accede, diciendo que “la locura de los grandes” debe vigilarse de cerca (III.i.187). 

Análisis 

“Ser o no ser” es el verso más famoso de toda la literatura inglesa. Pero ¿qué significa? ¿Por qué estas palabras y lo que sigue son tan especiales? 

Una de las razones es que son un ejemplo extraordinario de la habilidad de Shakespeare para hacer que sus personajes parezcan tridimensionales. El público percibe que hay algo más de lo aparente en las palabras de Hamlet, que hay algo detrás de sus palabras que nunca se dice. Dicho de otro modo, el público percibe indicios de algo que está al interior de la mente de Hamlet, pero de lo que ni siquiera él es consciente. Hamlet, entonces, es un personaje de ficción que parece poseer un subconsciente. ¿Cómo lo logra Shakespeare? 

En primer lugar, Hamlet no dice directamente lo que realmente está diciendo. Cuando se pregunta si es mejor “ser o no ser”, está diciendo implícitamente: “¿Debería matarme?”. Todo su soliloquio sugiere con fuerza que está jugueteando en su mente con el suicidio y tal vez tratando de juntar coraje para hacerlo, pero en ningún punto dice que está sufriendo ni se debate acerca de por qué quiere hacerlo. Por cierto, en todo su discurso no dice ni una vez ni “yo” ni “mi”. No está intentando “expresarse” a sí mismo, sino que plantea la pregunta como si fuera cuestión de un debate filosófico. 

Cuando afirma que todo el mundo cometería suicidio si no dudaran de la vida que sigue después de la muerte, suena más a un argumento elaborado para persuadir a un oyente imaginario sobre un concepto abstracto en lugar de pensar directamente cómo se aplica esa cuestión a su propia situación. Ahora bien, es perfectamente normal que los personajes de las obras de teatro les digan a otros personajes algo diferente de lo que quieren decir (esto sugiere que están ocultando conscientemente sus verdaderos motivos), pero aquí Hamlet lo hace cuando está hablando consigo mismo. Esto crea la impresión general de que en la mente de Hamlet suceden cosas en las que no puede pensar directamente. 

A propósito de lo que sucede dentro de la mente de Hamlet, pensemos en su encuentro con Ofelia. Esta conversación, bajo la vigilancia atenta de Claudio y Polonio, en realidad es una prueba para establecer si la locura de Hamlet nace de su mal de amores por Ofelia. Antes de ver el encuentro, nosotros como público creemos saber más que Claudio: sabemos que Hamlet solo finge locura y que va a esconder el hecho de que está urdiéndole una trampa a su tío (o al menos investigándolo). Entonces, no puede ser cierto que actúe como un loco debido a su amor por Ofelia. Sin embargo, al presenciar el encuentro de Hamlet con ella, se pone en tela de juicio todo lo que creemos saber. 

¿Hamlet habla en serio en todo lo que le dice a Ofelia? Le dice que alguna vez la amó, pero que ya no la ama. Se presentan varios problemas para concluir que Hamlet dice lo opuesto a lo que quiere decir para parecer loco. En primer lugar, si realmente la ama, este comportamiento es algo innecesariamente destructivo. Es innecesario porque no le sirve de mucho, es decir, no hace que Claudio sospeche menos de él. Su profesión de antiguo amor le hacen parecer voluble, o emocionalmente retraído, más que loco. 

¿Hamlet está realmente loco o solo actúa? Antes había anunciado que iba a hacerse el loco, así que es difícil concluir que (casualmente) se volvió loco justo después de decirlo. Sin embargo, su comportamiento hacia Ofelia es a la vez autodestructivo y cargado de intensidad emocional. No parece favorecer sus planes. Además, su amargura contra Ofelia, y contra las mujeres en general, parece hacer eco de su descontento general sobre el estado del mundo, el mismo descontento que expresa cuando cree que nadie lo está mirando. Hay una intensidad apasionada en su inestable comportamiento que dificulta percibirlo como una mera actuación. 

Tal vez cabe hacerse esta pregunta: si una persona en estado mental racional decide actuar como si estuviera loca, decide ofender a las personas que lo rodean, independientemente de si las ama o las odia, y decide dar rienda suelta a todas sus ideas más antisociales que guarda, ¿es posible distinguir, cuando empieza a llevar a cabo el plan, en qué punto deja de fingir estar loco y pasa a actuar como si estuviera loco de verdad?