Romeo y Julieta es una obra de teatro sobre el conflicto entre el amor de los personajes principales, con su poder transformador, y la oscuridad, el odio y el egoísmo representados por la enemistad entre sus familias. Los dos jóvenes, Romeo y Julieta, se enamoran a primera vista, pero la disputa entre sus familias les exige seguir siendo enemigos. Durante el transcurso de la obra, los poderosos deseos de los amantes chocan directamente con el odio igual de poderoso entre sus familias. Al principio, podemos esperar que los amantes lleguen a demostrar la fuerza unificadora que concilie a las familias. Si la obra fuera una comedia, las familias verían la luz de la razón y resolverían sus conflictos; Romeo y Julieta se casarían en público y todos vivirían felices para siempre. Sin embargo, la enemistad entre Montescos y Capuletos es demasiado poderosa para que los amantes puedan derrotarla. El mundo de la obra es un lugar imperfecto, donde liberarse de todo excepto del amor puro es un objetivo poco realista. Finalmente, el amor de los personajes resuelve la disputa, pero al precio de sus propias vidas.
Romeo y Julieta comienzan la obra atrapados en sus roles sociales. Él es un joven del que se espera que persiga a las mujeres, pero ha elegido a Rosalina, que ha jurado permanecer virgen. La forma en que Romeo habla de ella sugiere que está interpretando un papel en lugar de sentir una emoción verdadera y desbordante. Expresa su frustración con típicos comunes que incitan las burlas de parte de su primo Benvolio. También se espera que Romeo reaccione ante la disputa con los Capuleto, pero este la encuentra algo tan miserable como su amor: “Ay, amor pendenciero, ay, odio amoroso” (1.1.). Cuando vemos a Julieta por primera vez, está en su alcoba, físicamente atrapada entre su nodriza y su madre. Por su condición de jovencita, su papel es esperar obedientemente a que sus padres la casen con alguien. Cuando su madre anuncia que Paris será su futuro marido, la respuesta de Julieta es obediente, pero poco entusiasta: “Cuidaré mostrarme para gustar, cuidaré moverme para gustar”. (1.3). Estas primeras escenas revelan los caracteres de Romeo y Julieta e introducen los temas del amor, el sexo y el matrimonio que dominan el resto de la obra.
El incidente que pone en marcha la trama es la decisión de Romeo de asistir a la fiesta de los Capuleto. Esta decisión es su primer intento de liberarse del papel que lo oprime. Benvolio le ha aconsejado que supere a Rosalina fijándose en otras mujeres. Al ir a casa de los Capuleto, Romeo también ignora temporalmente su papel social como Montesco que debe estar enemistado con los Capuleto. Por desgracia, Teobaldo ve su presencia allí como una “intrusión” y jura vengarse: “esta intrusión, que ahora parece dulce, se convertirá en amarga hiel” (1.5.). La ira de Teobaldo cuestiona la presencia de Romeo en la fiesta y presagia su eventual duelo. Un verso después a la salida de Teobaldo, Romeo y Julieta se conocen. Ahora Romeo corre riesgo tanto si se queda en la fiesta como si se va. Si se queda, se arriesga a la ira de Teobaldo, pero si se va, no podrá pasar más tiempo con Julieta. Arriesga su vida por amor, estableciendo así lo mucho que está en juego en la relación de los amantes. Cuando Romeo y Julieta hablan, refuerzan el carácter extraordinario de su nuevo amor mediante el lenguaje religioso de “peregrinos”, “santos” y “oraciones”, lo que sugiere que su amor escapará a las limitaciones terrenales.
Después de la fiesta, Romeo regresa en busca de Julieta y los dos encuentran en su amor una sensación de libertad. Romeo se siente volar con “las ligeras alas del amor” (2.2) y Julieta siente que su amor es “tan ilimitado como el mar” (2.2). Ella está convencida de que su amor puede liberarlos de sus familias: “júrame amor y ya no seré una Capuleto” (2.2.). En la siguiente escena, conocemos a fray Lorenzo, quien nos recuerda que por bueno que algo parezca, nada jamás está totalmente libre de maldad: “La virtud se convierte en vicio cuando se hace un mal uso de esta” (2.3). Al final de la escena, sin embargo, hasta fray Lorenzo se ve arrastrado por la excitación de los amantes. Cree que su amor puede poner fin a la disputa entre los Montesco y los Capuleto, y acepta casarlos. Las siguientes escenas se parecen más a una comedia shakesperiana que a una tragedia. Mercucio y la nodriza hacen bromas subidas de tono. Romeo y Julieta idean un astuto plan para casarse delante de las narices de sus padres. Parece como si la enemistad entre sus familias fuera a terminar de verdad. Al final del segundo acto, los amantes se casan.
Tan pronto como los amantes están felizmente casados, la obra pasa de la comedia a la tragedia. Teobaldo sigue buscando venganza por la decisión de Romeo de asistir al baile de los Capuleto y este, creyéndose liberado de la disputa por su matrimonio secreto con Julieta, se niega a luchar contra su pariente. Sin embargo, la libertad de Romeo es una ilusión. Teobaldo provoca a Mercucio y este lo desafía. Luchan y Mercucio muere. El deber de Romeo hacia su nueva familia política, los Capuleto, entra en conflicto con su deber de vengar la muerte de su amigo. Romeo mata a Teobaldo: aunque cometió el asesinato porque lo provocaron y aunque lo habrían matado si él no hubiera matado primero, ya no es un personaje inocente e intachable. Ahora parece poco probable que Romeo y Julieta puedan vivir felices juntos. Romeo es desterrado de Verona. Antes de marcharse, Julieta y él pasan juntos su primera y única noche. La escena es agridulce y conmovedora porque saben que pronto se separarán, y el público comprende que este puede ser el último momento en que los amantes se vean con vida. Al amanecer, Romeo y Julieta intentan creer que la mañana no ha llegado, ya que el nuevo día solo trae dolor: “Más luz y luz, más oscuridad y oscuridad nuestros males” (3.5).
En las escenas finales, Romeo y Julieta están más atrapados que nunca. Ninguno de los dos personajes puede volver a ser quien era antes de conocerse, pero la posibilidad de que estén juntos es muy remota. La situación parece imposible y la realidad se impone por todos los flancos. Para Romeo, la realidad toma la forma de su destierro a Mantua. Para Julieta, la realidad es su inminente matrimonio con Paris. Los destinos de los dos amantes se acercan. En un intento desesperado por escapar de su matrimonio con Paris, Julieta finge su propia muerte con una poción somnífera que le da el fraile Lorenzo. La realidad se interpone una vez más con un brote de peste en Mantua, que impide que Romeo reciba la noticia de que Julieta solo está dormida. Romeo corre a su tumba, donde se encuentra con Paris. Rendido ante las circunstancias que lo han atrapado en su papel trágico, mata a Paris, luego entra a la cripta de Julieta y se suicida momentos antes de que ella despierte. Cuando ella encuentra a Romeo muerto, se clava su daga. Al suicidarse, los amantes aceptan que están atrapados por su destino y en el mismo movimiento, escapan del mundo que los ha mantenido separados.