Resumen
Por Nueva York siguen circulando rumores sobre Gatsby, hasta llega a un periodista a su mansión con la intención de entrevistarlo. Tras conocer la verdad sobre los primeros años de la vida de Gatsby antes de escribir su relato, Nick interrumpe la narración para relatar la historia personal de Gatsby, no como se rumorea que ocurrió ni como Gatsby afirma que ocurrió, sino como realmente ocurrió.
Gatsby nació bajo el nombre de James Gatz en una granja de Dakota del Norte y, a pesar de que comenzó a asistir a la universidad de St. Olaf, en Minnesota, a las dos semanas dejó sus estudios, porque detestaba el humillante trabajo de conserje con el que pagaba su matrícula. Al verano siguiente, trabajó en Lake Superior como pescador de salmones y recolector de almejas. Un día, vio el yate de Dan Cody, un rico magnate del cobre y remó hasta él para advertirle que se acercaba una tormenta. Cody, agradecido, contrató al joven como asistente personal y le dio el nombre de Jay Gatsby.
En sus viajes con Cody por la Costa Berberisca y las Indias Occidentales, Gatsby se enamoró de la riqueza y el lujo. Cody era un bebedor empedernido y una de las tareas de Gatsby era cuidar de él cuando se embriagaba. Esto le infundió un sano respeto por los peligros del alcohol y lo convenció para no convertirse él mismo en un bebedor. Tras la muerte de Cody, este le había dejado $25,000, pero la amante le impidió que reclamara su herencia. Gatsby entonces se dedicó a llegar a ser un hombre rico y exitoso.
Por varias semanas después del encuentro en su casa, Nick no ve ni a Gatsby ni a Daisy. Una tarde, al pasar por la casa de Gatsby, se alarma al ver allí a Tom Buchanan. Tom ha ido a tomar algo en lo de Gatsby con el Sr. y la Sra. Sloane, con quienes ha salido a cabalgar. Gatsby parece nervioso y agitado, y asiente de forma torpe que conoce a Daisy. Gatsby los invita a quedarse a cenar, pero ellos rechazan la invitación y, por cortesía, lo invitan a cenar con ellos, a lo que él acepta, sin darse cuenta de la falsedad de la invitación. Tom desprecia la falta de gracia social de Gatsby y le critica a Daisy la costumbre que tiene de visitarlo solo en su casa. Si bien sospecha algo, aún no ha descubierto su aventura.
El sábado siguiente por la noche, Tom y Daisy van a una fiesta en casa de Gatsby. Aunque Tom no tiene ningún interés en ir, la antipatía que siente por Gatsby lo hace querer vigilar a Daisy. Esta vez, la fiesta de Gatsby le resulta a Nick aún más desagradable: la juerga le parece agobiante y se da cuenta de que incluso Daisy está pasando un mal momento. Tom además la disgusta al decirle que Gatsby ha hecho su fortuna gracias al contrabando, a lo que ella replica enfadada que proviene de una cadena de droguerías de su propiedad.
Cuando Tom y Daisy se marchan, Gatsby acude a Nick angustiado al ver que Daisy ha pasado un mal momento. Gatsby quiere que las cosas entre ellos sean tal cual eran antes de irse de Louisville: quiere que deje a Tom para estar con él. Nick le recuerda que no puede recrear el pasado, pero él dice afligido que sí eso es posible. Está convencido de que con dinero puede lograr lo que sea con respecto a su situación con Daisy. Mientras camina entre los despojos de la fiesta, Nick piensa en la primera vez que Gatsby besó a Daisy, el momento en el que el sueño de Daisy pasó a ser la fuerza dominante de su vida. Ahora que la tiene, piensa Nick, ese sueño se acabó.
La verdad era que el Jay Gatsby, de West Egg, Long Island, surgió de la concepción platónica que él tenía de sí mismo.
Análisis
En el Capítulo 6 se desarrolla aún más el tema de la clase social en relación con Gatsby. La descripción que hace Nick de sus primeros años revela que, para Gatsby, el estatus es un tema sensible que lo mueve a la acción. La humillación que siente al tener que trabajar como conserje en la universidad se contrasta con la promesa que experimenta al conocer a Dan Cody, quien representa la consecución de todos sus deseos. Con profunda consciencia de su pobreza, Gatsby comienza a sentir una poderosa obsesión por amasar riqueza y estatus. El acto mismo de cambiarse el nombre simboliza el deseo de deshacerse de su identidad de clase baja y convertirse en el hombre rico que imagina.
Es fácil ver por qué un hombre que se ha esforzado tanto por conseguir fortuna y lujos siente atracción por alguien como Daisy: en ella, esa aura de riqueza y lujo le viene sin esfuerzo. Puede dar por sentada su posición y se convierte, para Gatsby, en la personificación de todo aquello para lo que inventó a “Jay Gatsby”. Como se muestra a lo largo de toda la novela, el poder que tiene Gatsby de hacer sus sueños realidad es lo que le da “grandeza”. En este capítulo, se vuelve evidente que el sueño más grande que logró realizar es el de su propia identidad, su sentido de sí mismo. Es importante notar, además, que la concepción que tiene de Daisy es un sueño. Piensa en ella como la dulce joven de quien se enamoró en Louisville y que lo cegó ante de la realidad de que ella nunca abandonaría su propia clase ni origen para estar con él.
Fitzgerald sigue explorando el tema de las clases sociales al ilustrar el desprecio con el que los aristócratas de East Eggers, Tom y los Sloane, ven a Gatsby. Si bien Gatsby parece ser tan rico como ellos, no tiene ese sentido de matiz social ni esa gracia despreocupada tan aristocrática. Como resultado, se burlan de él y lo desprecian por ser un “nuevo rico”. Como demuestra la división entre East Egg y West Egg, incluso entre los más ricos hay diferencias de clase.
Cabe destacar que Fitzgerald nunca le deja ver al lector una sola escena del romance entre Gatsby y Daisy. La narración es la historia de Nick y, aparte de cuando se reencuentran, Nick nunca ve a Gatsby y Daisy juntos a solas. Tal vez la amistad de Nick con Gatsby le permite empatizar con su dolor por no tenerla, y que Nick se abstenga de describir su aventura por el deseo de no difamarlo. Sea cual fuere la razón, Fitzgerald deja los detalles de su aventura a la imaginación del lector y, en cambio, expone la amenazadora sospecha y desconfianza de Tom, que finalmente conducirá a una confrontación.