Resumen del Capítulo 21
Los aldeanos confrontan a Víctor y lo llevan ante el Sr. Kirwin, el magistrado del pueblo. Víctor escucha a unos testigos que declaran en su contra y afirman que la noche anterior encontraron el cuerpo de un hombre en la playa y que, justo antes de hallarlo, vieron un bote en el agua que se parecía al de Víctor. El Sr. Kirwin decide llevar a Víctor a ver el cadáver para observar el efecto que esto tiene sobre él: si es el verdadero asesino, quizá muestre una emoción más evidente. Al ver el cuerpo, efectivamente Víctor reacciona con horror, ya que la víctima es Henry Clerval y en su cuello exhibe las huellas oscuras de las manos del monstruo. Conmocionado, Víctor entra en convulsiones y cae en una larga enfermedad.
Víctor sigue enfermo por unos dos meses. Cuando se recupera, se encuentra con que sigue en prisión. El Sr. Kirwin, ahora más compasivo y comprensivo que antes por la enfermedad de Víctor, lo visita en su celda. Le dice que tiene un visitante y, por un momento, Víctor teme que el monstruo haya ido a causarle más desgracias. Pero el visitante resulta ser su padre, que al enterarse de su enfermedad y de la muerte de su amigo, ha viajado urgente desde Ginebra para verlo.
Víctor se alegra de ver a su padre, quien se queda a su lado hasta que el tribunal lo declara inocente del asesinato de Henry al no contar con más pruebas que evidencias circunstanciales. Tras su liberación, Víctor se marcha con su padre a Ginebra.
Resumen del Capítulo 22
De camino a casa, padre e hijo hacen una parada en París para que Víctor descanse y reponga fuerzas. Justo antes de partir hacia Ginebra, Víctor recibe una carta de Elizabeth. Preocupada por sus frecuentes recaídas, le pregunta si está enamorado de otra mujer, a lo que Víctor responde que ella es la única fuente de alegría. La carta le recuerda la amenaza de que el monstruo juró estar presente en su noche de bodas y está convencido de que este lo atacará, pero resuelve enfrentarlo eventualmente. Con la destrucción de cualquiera de los dos, su miseria llegará a su fin.
Finalmente, llega a casa con su padre y comienza a planificar su boda. Elizabeth aún sigue preocupada por él, pero él la reconforta diciendo que todo estará bien después de la boda. Le dice que esconde un terrible secreto que solo podrá contarle una vez casados. A medida que se acerca el día, Víctor está cada vez más nervioso por su inminente enfrentamiento con el monstruo. Por fin, la boda se lleva a cado y la pareja se dirige a una casa de campo de la familia para pasar la noche.
Resumen del Capítulo 23
Al anochecer, Víctor y Elizabeth pasean por los alrededores, pero él no puede pensar en otra cosa más que en la llegada inminente del monstruo. Dentro de la casa, Víctor teme que Elizabeth se altere por el aspecto del monstruo y por su enfrentamiento, entonces le dice que se retire a dormir. Comienza a buscar al monstruo por toda la casa, cuando de pronto escucha el grito de Elizabeth y se da cuenta de que el monstruo nunca había tenido intenciones de matarlo a él esa noche.
Consumido por el dolor de la muerte de Elizabeth, Víctor regresa a casa y le cuenta a su padre la horrible noticia. Conmocionado por el trágico final de lo que debería haber sido un día alegre, su padre muere pocos días después. Víctor devela finalmente su secreto e intenta convencer a un magistrado de Ginebra de que un monstruo antinatural es el responsable de la muerte de Elizabeth, pero el magistrado no le cree. Víctor decide dedicar el resto de su vida a encontrar y destruir al monstruo.
Análisis de los Capítulos 21–23
El patrón de las recaídas de Víctor en una enfermedad prolongada como reacción al monstruo sugiere que el deterioro de su salud es, en cierta medida, inducido psicológicamente, como si la culpa le impidiera afrontar plenamente la atrocidad del monstruo y sus actos. “Mi cuerpo humano ya no pudo soportar esa agonía y me sacaron de la habitación presa de terribles convulsiones”, dice al contar su desesperación ante el cadáver de Henry. Establece así un vínculo explícito entre el tormento psicológico y su salud física. La culpa se presenta una y otra vez como el disparador de este mecanismo psicológico: en efecto, Víctor también cae enfermo poco después de crear al monstruo y su salud también se ve deteriorada tras las muertes de William y Justine.
Henry vuelve a funcionar como vínculo entre Víctor y la sociedad, ya que su muerte hace que Alphonse visite a su hijo. “En este momento, nada podría haberme dado mayor placer que la llegada de mi padre”, dice Víctor. Como resultado de pasar tanto tiempo en Ingolstadt ignorando a su familia, y también como consecuencia de las depredaciones del monstruo, Víctor toma conciencia de la importancia del contacto con la familia y los amigos.
Como falló en su intento de inspirar amor en Víctor, el monstruo ahora busca entablar una relación con su creador que lo obligue a experimentar su propio dolor. Al destruir a sus seres queridos, el monstruo se muestra plenamente consciente de la importancia de la interacción social y acerca cada vez más a Víctor al estado de soledad que él mismo ha sufrido desde su creación.