Resumen
En la casa de los Capuleto, justo antes de que comience el banquete, la Sra. Capuleto llama a la nodriza para que la ayude a buscar a su hija. Entra Julieta y su madre despide a la nodriza para hablar con su hija a solas. Sin embargo, cambia de parecer y le pide a nodriza que se quede y dé también ella su consejo. Antes de que la Sra. Capuleto pueda pronunciar palabra, la nodriza se lanza en una larga anécdota sobre cómo, de niña, Julieta fue cómplice inocente de una broma sexual. La Sra. Capuleto intenta en vano detener a la nodriza, que está muy entretenida con su relato, hasta que Julieta, avergonzada, le ordena que se calle.
La Sra. Capuleto le pregunta a Julieta qué opina sobre casarse, a lo que esta responde que no ha pensado en eso. Su madre se da cuenta de que dio a luz a Julieta casi cuando tenía su edad. Prosigue diciendo que debe empezar a reflexionar sobre esa idea, ya que el “valiente Paris” ha expresado su interés en ella (1.3.76). Julieta responde obedientemente que mirará a Paris en la fiesta para ver si lo ama, cuando un criado entra para anunciar el comienzo del banquete.
Análisis
En la tercera escena de la obra, el público conoce por fin al segundo personaje del título. Desde el punto de vista temático, la escena sigue girando en torno a la cuestión de la influencia paterna, particularmente en el poder que tiene sobre una mujer. La Sra. Capuleto, en la misma condición de mujer que se casó a temprana edad, se muestra totalmente de acuerdo con los planes que su marido tiene para su hija y presiona a Julieta para que piense en Paris como esposo antes de que ella haya pensado siquiera en casarse. Julieta admite el poder de influencia de sus padres al decir: “Cuidaré verme para gustar, cuidaré moverme para gustar; pero cuidaré de no mirar más profundo de lo que su consentimiento permita” (1.3.100–101). En efecto, Julieta está diciendo que seguirá exactamente el consejo de su madre al pensar en Paris.
A la vez que crea un momento humorístico, la tonta anécdota que cuenta la nodriza sobre Julieta de niña también contribuye a retratar el carácter inevitable de su situación. El comentario del marido de la nodriza sobre Julieta, que se caerá de espaldas cuando alcance la mayoría de edad, hace referencia a que un día participará del acto sexual. Su comentario, entonces, muestra que Julieta es vista como un objeto de potencial sexualidad y matrimonio desde pequeña. En términos generales, el destino de Julieta, que algún día será entregada en matrimonio, está fijado desde su nacimiento.
Más allá del desarrollo temático, esta escena ofrece una magnífica visión de los tres personajes femeninos. La Sra. Capuleto es una madre huidiza y torpe: despide a la nodriza para hablar a solas con su hija, pero en cuanto ella se marcha, se pone nerviosa y la vuelve a llamar. La nodriza, en su hilarante incapacidad para dejar de hablar sobre las insinuaciones de su marido acerca del despertar sexual de Julieta, muestra un aspecto vulgar pero también una confianza con Julieta que implica que fue ella, no su madre, quien la crio. De hecho, fue ella, y no la Sra. Capuleto, quien la amamantó de bebé (1.3.70).
La misma Julieta se revela en esta escena como una joven bastante ingenua que obedece a su madre y a la nodriza, pero en ella se vislumbra una fuerza e inteligencia que están totalmente ausentes en su madre. Mientras que la Sra. Capuleto no puede hacer que la nodriza deje de hablar, Julieta la detiene con una sola palabra. Ya hemos observado que la frase de Julieta “pero cuidaré de no mirar más profundo de lo que su consentimiento permita” parece implicar una total aceptación del control de su madre. Sin embargo, la frase también puede interpretarse como un esfuerzo de Julieta por utilizar un lenguaje vago como medio de afirmar cierto control sobre su situación. En esta frase, aunque acepta ver si es capaz de amar a Paris, al mismo tiempo está diciendo que no pondrá más entusiasmo en ese esfuerzo que el que se le exige. La frase puede interpretarse como una especie de resistencia pasiva.
En esta escena se establece de nuevo una comparación directa entre criados y amos. En el transcurso del relato de la nodriza, queda claro que su propia hija, que tendría la edad de Julieta, murió hace mucho tiempo. Su marido también ha muerto. Estas muertes podrían ser una mera coincidencia, pero parece igualmente probable que se correspondan con la posición inferior de la nodriza en la vida.